viernes, 11 de diciembre de 2009

A no desesperar... comming soon!!!

Desde hace mucho

tiempo en una galaxia

muy, muy, pero muy lejana...

se viene gestando algo muy, muy importante

No desesperes... proximamente


MenteFrita, tu lado claroscuro...



jueves, 13 de agosto de 2009

El Parque... CAPÍTULO FINAL !!!

XV

“Afirmativo” dijo el comisario, “Prosiga”. “Todo comenzó cuando vinimos a vivir con mis padres a Cerezos”. El comisario escuchaba con atención. Un profundo y revelador secreto estaba a punto de salir, por fin, a la luz. “Prosiga, prosiga”. Walter aún erguido en la puerta de la cabina tomó aire y cuando estaba por contar su secreto, de adentro de la cabina salió un enorme cocodrilo y de un solo bocado se comió a Walter y a Fragata. “Noooooooo” gritaron a dúo. “Rajemos que nos morfa”. Se subieron al auto y sin mirar hacia atrás salieron a toda velocidad. Ya en la mayor seguridad del camino el dueño giró y vio como el cocodrilo tragaba las últimas partes de su menú. “Que mala idea de poner cocodrilos…”

Una vez que llegaron, el comisario organizó un operativo para controlar el área del parque. Solicitó ayuda al ejército. A los pocos minutos cinco cazas bombarderos pasaban en vuelo razante por Cerezos en dirección al parque. Escasos instantes después dejaban caer toda su artillería sobre el parque, destruyendo todo indicio de vida tanto animal como vegetal. Esto, en cierto modo, puso fin al parque maldito. Tiempo después se supo que otra víctima innecesaria de la terrible ofensiva militar fue Patricia la corredora de seguros y jardinera que, según cuentan, había vuelto al lugar de los hechos a regar las plantas y de pronto vio pasar a los aviones. No volvió a ver nada más.

El dueño estaba totalmente shockeado. Al llegar al pueblo suspendió todas las funciones del circo y se fue de Cerezos para siempre. Al llegar a su Paris natal se recluyó en una cabaña en la afueras de la ciudad. Nadie más supo de él. Lo único que trascendió fue que vendió el circo y puso una casa de ropa que tuvo bastante éxito y a la que llamó Lacoste y como logo de la empresa eligió al tan fatídico animal que le arrebató para siempre la verdad de la historia de Walter de Cerezos.

Vieron, tan simpático e inocente que parece el mencionado aligator. Sigan poniéndose esas chombas copadas que van a quedar como Walter.

Esta es otra historia que les acerco para sacar a la luz hechos macabros que nos rodean a diario y que nosotros desconocemos.

FIN

MenteFrita
Un estímulo para tu imaginación

Copyright ® MenteFrita & Co

martes, 11 de agosto de 2009

El Parque... Capítulo 14

XIV

Cerca de la ruta el dueño y el secretario miraban la escena con espanto. Agudos gritos de dolor salían desde la cabina. Hasta que por fin, silencio. El comisario ordenó al sniper que fuera a ver que había pasado. Con bastante desgano, corrió la visera de su gorra hacia delante. Dejó a un lado su fusil. Agarró un hacha y se dirigió hacia la cabina corriendo y gritando. Un grave estruendo terminó con sus gritos. El comisario, el dueño y el secretario tragaron saliva. Se preguntaban que es lo que sucedía en esa cabina… la cabina maldita. El dueño pensó: “y si mejor nos vamos?”, el comisario pensó: “de acá me rajo” y el secretario pensó: “que buen acero tienen esas hachas, de que marca serán?”… De repente se escuchó un ruido a vidrios rotos y se llegó a ver que desde adentro de la cabina salía a toda velocidad un hacha que fue justo a insertarse entre los dos ojos del secretario. Este solo atinó a decir: “Ahh” y se cayó. “Le dije que no pensara”, dijo el dueño.
En eso se ve salir del interior de la cabina un hombre de aspecto aterrador que llevaba un perro. “Y este de donde salió?” pensó el comisario. “Yo soy Walter”. Su rostro aparentaba tener mas de cien años. Con una sonrisa sarcástica dijo: “les voy a contar la verdad de esta historia”. Tanto el dueño como el comisario estaban estupefactos. No podían creer lo que estaban viviendo. El mudo, sordo, medio paralítico y ciego les iba a contar una historia, su historia. “Durante todos estos años guardé el secreto” dijo subiendo la voz. “Ya he vivido suficiente. Están dispuestos a escucharme?”.

Mucho tiempo he esperado este crucial momento... Se develará el misterio?
Lia Crucet es la Tetamanti? ah, perdón, Cuál será la verdadera historia de nuestro tan querido Walter?
No te pierdas el próximo CAPÍTULO FINAL !!!


MenteFrita & Co. ®

Shake it baby!!

sábado, 1 de agosto de 2009

El Parque... Capitulo 13 (no te cases ni te embarques)

XIII

Quisieron asegurar nuevamente el área. Pero Patricia no estaba. Decidieron pedir refuerzos.
Los refuerzos consistían en un patrullero y tres oficiales. Juan Ramírez, Braulio Bertoldi y Diego "sniper" Garrido. Este último, en un cumpleaños del comisario festejado en la comisaría de Cerezos, había ganado el campeonato de "voltear la lata". En este juego se colocaban cinco latas apiladas y con un corcho prendido fuego se las derribaba. Diego Garrido había ganado el último año, por lo que fue designado como francotirador de elite. Además de su buena puntería, Garrido siempre andaba resfriado por lo que había conseguido un sponsor para los pañuelos descartables, elite.
Al llegar al parque se enteraron como era la situación. Se pusieron en posición, alrededor del mantel de pic-nic, y escucharon con atención el plan de asalto y la estrategia que había organizado el comisario, mientras iban y venían los mates y las facturas. El plan de asalto consistía en que, a la cuenta de tres, iban a entrar todos juntos corriendo y gritando como mohicanos revoleando sus hachas. Y así lo hicieron.
Pocos segundos después caía el primer policía producto de un mal cálculo con el hacha. Veinte metros mas adelante caía el segundo, también auto ajusticiado con su propia hacha. La cosa se ponía peligrosa.


MenteFrita

Te ayuda a espiar por la cerradura, por TU cerradura...


sábado, 25 de julio de 2009

El Parque... Capitulo 12

XII

Y sí!, era el ladrido de un perro. No se podía distinguir bien si era perro o perra. Pero era bastante orientador. Un cocodrilo no era, además estaban muy entretenidos devorando a Claude, el hombre bala.
- Abran la puerta! Es la policía!! Nuevamente golpearon la puerta. El Cabo de Hornos miró al comisario y este con un gesto de aprobación autorizó al Cabo a derribar la puerta. Con una certera patada tiró abajo la puerta y apuntando hacia el interior de la cabina vio salir a un perro. Fragata! Exclamó el Cabo Cañaveral. Pobre perro!, dijeron los allí presentes. Era Fragata nomás. Moviendo a duras penas su angustioso cuerpo llegó hasta donde estaba el Cabo de Hornos.- Uy, pobre pichicho, dijo. Intentó mirar hacia adentro y en ese preciso instante Fragata lo agarró entre sus dientes a la altura de la tibia. Un grito sordo sorprendió a todos. El perro se aferró con mucha vehemencia a la pierna del pobre policía que gritaba a viva voz. Intentaba arrastrarlo hacia adentro de la cabina. De repente los gritos empezaron a disminuir y todos empezaron a ver como la pierna a la altura de la mordida empezaba a cambiar de aspecto. El pantalón del policía se frunció como si perdiera su contenido. Peor aún, se notaba como la pierna se “secaba” tomando un aspecto acartonado. El policía miraba con desesperación al perro, que no soltaba, y a su pierna. Ese aspecto iba subiendo por todo el cuerpo. En ese momento Fragata soltó la pierna y se fue hacia adentro. El policía arrastrándose salió de la cabina. Sus compañeros lo sujetaron y llevaron hasta el auto. Ya el “acartonamiento” le había tomado las dos piernas y subía por su abdomen. Ya no gritaba. Miraba como resignado, con la vista perdida, como preguntando “- ¿por que?”. Minutos después tenía todo el cuerpo tomado. Sus compañeros se desesperaban ante el inminente desenlace. Y llegó. Luego del la última exhalación, el Cabo Cañaveral le bajó los párpados. Esto se estaba transformando en una pesadilla en la vida real.



Terrible !!! ESCALOFRIANTE !!!


MenteFrita,


La solucion de continuidad en la rutina diaria...




viernes, 24 de julio de 2009

El Parque... Capítulo 11

XI

Los primeros en bajar fueron el Cabo Julio de Hornos y el Cabo Ricardo Cañaveral. Apuntando con sus armas, vaya a saber a quien, aseguraron la zona. Una vez que Patricia, la promotora de seguros, se retiró del lugar, luego de la firma de papeles de rigor que le pedía la compañía aseguradora, bajó de los móviles el resto de la comitiva policial. Para sorpresa del dueño y el secretario, la cabina de información se encontraba en mejor estado que esa misma mañana. Incluso el pasto estaba cortado. Cuando preguntaron acerca de este hecho el Cabo De Hornos le contó que tres veces por semana Patricia, la promotora de seguros que también era jardinera, cortaba el pasto del Parque. El dueño pensó: “que raro todo esto… hoy a la mañana el escenario era completamente diferente…”. Coincidiendo el secretario pensó: “habré apagado la caldera del vestuario de los payasos…?”. En ese instante otra terrible explosión sacudió a los allí presentes. El secretario nuevamente para si dijo: “mmm, creo que no…” Momentos después caía al lado del secretario una nariz de payaso que rápidamente agarró y escondió en un bolsillo. Luego de esta pequeña interrupción el comisario se dirigió hacia el dueño: “algo de esto le llama la atención?”. El dueño miró con asombro y señaló la puerta de la cabina. Estaba entera!. “Hoy a la mañana la forzamos y la partimos al medio… Nos están jugando una broma??” preguntó. Los policías se miraron incrédulos. Con suma precaución se acercaron a la ventana de la cabina. Hicieron un gesto y otro policía golpeó fuertemente la puerta. “Abran la puerta, es la policía!”. Para sorpresa de todos, desde adentro venía un sonido. Un aullido. Un ladrido. “Un ladrido?!?!”, pensó el dueño. “Apagué la mecha del cañón del hombre bala?”,pensó el secretario. Segundos después y luego de otra explosión por el firmamento se veía pasar volando a Claude, El Hombre Bala que se dirigía directamente al centro del parque. No se sabe a ciencia cierta donde cayó pero el ruido de los cocodrilos peleándose por un pedazo de Claude no dejaba dudas. Cerca del estanque, seguro. Que mala idea la poner cocodrilos en el parque!. “Un ladrido?!?!” pensó nuevamente el dueño. Y antes de darle tiempo extendió un brazo y dirigiéndose al secretario le dijo: “vos pelotudo, ni se te ocurra pensar algo!!”. “Ok” dijo con una voz muy tímida el secretario y un poco apesadumbrado.


La intriga es total ! Que es lo que está pasando en este misterioso parque? Que oscuro secreto se esconde allí? Quien se atreve a imaginar un final?? De que color era el caballo blanco de San Martin?
Todas estas preguntas y otras tantas serán contestadas en los próximos capitulos de esta atrapante historia... No te lo pierdas!!

MenteFrita, una voz en el teléfono...


El camino desconocido hacia lo conocido...

lunes, 20 de julio de 2009

El parque... Capítulo 10

X

Durante el viaje de vuelta ambos estaban muy impresionados. El viaje transcurrió en el más absoluto silencio. Miles de pensamientos revoloteaban por sus abrumadas mentes.
Sabían que sus vidas habían cambiado para siempre.
Al llegar al pueblo se dirigieron a la alcaldía para realizar la denuncia correspondiente. El alcalde escuchaba con suma atención el relato y tomaba nota de los detalles. Luego decidió hacer la denuncia a la policía. Llamó al comisario y mientras le contaba lo sucedido con Walter este empezó a toser atragantado. El alcalde temió lo peor. Se hizo un largo silencio y luego otra vez la tos. Un silencio más largo. Luego la voz del comisario diciendo: “perdón, es que me atraganté con un orégano de la pizza que estoy comiendo, ya estoy bien, continúe por favor…”. El alcalde un poco mas tranquilo, prosiguió. Una vez terminado el relato, el comisario dispuso un operativo en el lugar de los hechos. Veinte minutos después, luego de terminar la pizza, un convoy de tres patrulleros se dirigía al parque. Pasaron por la alcaldía a recoger al dueño y su secretario como los denunciantes. Pararon a cargar nafta. Pasaron por a panadería en busca de facturas. Una vez en la ruta tuvieron que parar dos veces por pinchaduras de neumáticos en dos de los móviles. La tercera y última parada en la ruta fue por motivos de recalentamiento del tercer móvil. “Parece que no quieren que lleguemos”, pensó el dueño. Al mismo tiempo el secretario, que estaba sentado a su lado, pensaba: “apagué el gas de la cocina de mi motorhome?”. Instantes después una terrible explosión hizo detener nuevamente al convoy. El secretario se dijo para sí: “mmm..., creo que no…”. Al fin llegaron al parque.


MenteFrita


MenteFrita - atirFetneM

El espejo hacia lo desconocido, mas allá que alguno quiera desconocer lo que ve en el espejo...



Ahora lo copado sería saber cual de los dos lados es el verdadero...

sábado, 18 de julio de 2009

Luego del receso por la Gripe XY (de macho).... El Parque, capítulo 9

IX

El escritorio era de madera. Por sus patas ascendía una enredadera que provenía desde el suelo. Esta seguía su camino por la parte superior del mismo, pasando por el margen superior de un libro abierto que allí se encontraba. Seguía hasta tomar contacto con la pared y de ahí subía hasta el techo, donde se perdía entre unas maderas en busca del sol.
Delante del escritorio había una silla que, para horror de los intrépidos visitantes, estaba ocupada. Contuvieron la respiración. La linterna quedó fija en esta dirección. Con una voz algo mas fuerte que un pequeño suspiro, el dueño dijo: “ho…la,…, hola, Walter…?”. Silencio. Con un poco más de decisión, dieron un paso más y se detuvieron a un metro del escritorio. Repitió: “hola, Walter..?”. Nada. Cuando la linterna se posó sobre el rostro, el horror fue total. Era Walter. Estaba apoyado sobre su mano derecha. La escena era tétrica. Tanto que el secretario sintió que el suelo se movía, se ponía todo más negro y se desvaneció haciendo un estruendoso ruido al caer. El dueño, rápido de reflejos, antes que el secretario concluyera su viaje al piso, barajó en el aire la linterna y siguió alumbrando. La cara del desafortunado estaba como acartonada, envejecida. Todavía en la parte superior tenía escasos mechones de pelo. Uno de los brazos estaba apoyado sobre el rostro y el otro pendía a un costado. A este último le faltaba del codo para abajo. “Pobre Walter”, pensó. Estaba sentado en la silla sobre almohadones y obviamente con los muñones de los muslos sobre ella. Tenía en frente un libro escrito en braile. “Cuántos años hará que estas acá?”, dijo en voz alta. En eso el secretario comenzó a recuperarse y el terror fue extremo cuando tomó conciencia de que al desvanecerse lo había hecho arriba de un perro. “Seguro que ese era Fragata”, dijo. La luz de la linterna se posó sobre el cuerpo del animal. “Pobre animal”, dijeron casi a dúo. Las heridas le cubrían todo el cuerpo. También estaba todo acartonado por el paso del tiempo. Le notaron que tenía algo en la boca. Se miraron y el secretario, resignado, se agachó. Ayudado por el canto del machete, le abrió la boca y sacó de su interior… la mano izquierda de Walter. “Quizás el primero en morir fue Walter y, al tiempo, Fragata empezó a tener hambre…”. El solo hecho de pensar eso, les daba prurito. El cuerpo momificado de Walter, el estado de la cabina de informes. El terrible antecedente de la tragedia en el parque. Walter. “Pobre Walter”. El escenario no podía ser más escalofriante. Decidieron salir de inmediato de ese tenebroso lugar.


MenteFrita ®


El lugar donde va de vacaciones Willie Fog

(y mirá que conoce todo el mundo, y sin embargo, elige MF)


Si alguien no sabe de quien estoy hablando, mande un mail a mentefrita@gmail.com y le eviaré folletos explicativos.
MF

viernes, 10 de julio de 2009

Hoy estoy de buen humor, por lo que hacemos un 2x1... ahi va el segundo capitulo del día, el nro 8

VIII

Se acercó junto al secretario a la casilla que estaba a un costado del portón. Se encontraba muy maltrecha. Con mucha vegetación crecida alrededor. De hecho para llegar hasta la puerta tuvo que abrirse paso con un machete. Ya frente a la puerta, golpeó en reiteradas oportunidades sin obtener respuesta alguna. Miró a través de la ventana y llegó a reconocer una figura humana sentada frente al escritorio con un libro. Golpeó nuevamente y obtuvo la misma respuesta… silencio. No había llegado hasta ahí para volverse con las manos vacías. Se dispuso a forzar la cerradura. Ayudado por su secretario y el machete empujaron la puerta más de una vez. Varias veces. Con cada envestida, crujía más fuerte. Crujía de manera mas grave. Hasta que en una de las embestidas hizo un ruido seco y se partió. Literalmente se partió al medio y la puerta quedó dividida en dos. Del interior emanaba un espeso aire enviciado. Dejaron que se disipara un poco el hedor y se dispusieron a entrar. En el interior de la cabina había mucha humedad. Parte de la vegetación se filtraba por entre las maderas del piso. No ingresaba mucha luz, por lo que se encontraba en una casi penumbra. “Hola!, hay alguien?”, preguntó el dueño del circo. Silencio. Insistió un par de veces más y lo mismo. Silencio total. En la otra punta de la cabina, se encontraba el escritorio con una silla delante. Algo o alguien la ocupaba. La luz en ese sector de la cabina era mínima, por lo que el dueño decidió ir hasta el auto a buscar una linterna. Mientras tanto el secretario se quedó recopilando información importante para el futuro parque. Una vez de vuelta en la cabina, y ya con la ayuda de la linterna, se dispusieron a ingresar a la parte “oscura”. El secretario estaba al mando de la linterna y el dueño tenía en su poder el machete. Con pasos inseguros se fueron acercando al lado oscuro. La luz de la linterna iluminó la pared, con oscuras manchas de humedad. Iluminó la otra puerta que supusieron en otros tiempos daba hacia el interior del parque, hoy, totalmente obstruida por la tupida vegetación. Hasta que llegaron hasta el escritorio.


Si a esta altura, no tenes palpitaciones, hacete ver !!

MenteFrita,


tu séptimo sentido...


"Veo gente viva !!" (ahh, sos un loco total!)


que sea la ultima vez... a vos!


El Parque... Capítulo 7

VII

Un día llegó al pueblo una compañía que traía un espectáculo de circo, con payasos, malabaristas, domadores de leones, equilibristas y todo lo que un circo tenía que tener. Esta compañía se dedicaba a la puesta en escena de entretenimientos variados. Cuando llegaron a Cerezos, el dueño de esta compañía, se interesó en el parque abandonado. Su gran sueño era el de montar el mejor parque de diversiones. Cuando preguntó, le contaron la historia de la tragedia del parque y de la existencia de Walter. Estos datos lo entusiasmaron aún más y quiso ir a visitarlo. Alquiló un auto y fue, junto a su secretario, hasta el Parque.Llegaron a la mañana temprano. Atrás de ellos llegaba a su fin el recorrido de un colectivo del que no descendió ningún pasajero. Quedaron solos. Se acercaron a la entrada y observaron el gran portón de acero oxidado que se encontraba cerrado con cadenas y candados. Todo estaba bastante desordenado. El pasto llegaba casi hasta la parte superior del portón. Se veía que nadie había entrado en muchos años. Elevando un poco la vista llegaban a divisarse algunos de los entretenimientos que quedaban de pie en el parque. Se veían los soportes de la vuelta al mundo trágica. Esto cada vez entusiasmaba más al dueño del circo que tomaba ideas para su parque. Venía todo de maravillas. Decidió ir a conocer al “custodio” de este tesoro.


MenteFrita,

- La partera que te ayuda en tu parto diario... -



martes, 7 de julio de 2009

El Parque... Capitolio IV

VI

Luego de tomar el colectivo, bajaba siempre en la misma parada. La parada del parque. Allí terminaba el recorrido del colectivo, por lo que era difícil pasarse. Bajaba, se arrastraba unos 50 metros y llegaba a la cabina donde atendía a los escasos visitantes. Tan escasos eran estos que nadie recuerda haber sido ayudado por Walter. Existe solo un registro de unos visitantes italianos que a llegar al Parque, tocaron el timbre en la cabina de información, pero nadie atendió. Se acercaron hasta la ventana y la golpearon, pero nadie contestó. Refieren haber visto a alguien dentro, pero no contestaba. Walter y sus libros. Hay personas que refieren múltiples visitas con igual resultado. Pobre Walter.
Como dije antes, no tenía compañeros de trabajo. De hecho no tenía jefes ni supervisores. El dinero que usaba se cree que era de sus desafortunados padres. De hecho en el parque no le pagaban. Esto estaba sustentado en una premisa fundamental… el parque estaba abandonado desde 1875. Entonces, porque Walter iba todos los días hacia el parque abandonado? Nadie en el pueblo podía avisarle de su situación? La señora Blanca, como podía permitir que Walter anduviese a la deriva y justamente en su delicado estado?. Nadie se hacía cargo.
De esta forma pasaron muchos años. Algunos en el pueblo lo comparaban a un alma en pena que estaba buscando una puerta hacia el mas allá. Algún desprevenido al verlo arrastrarse, lo ayudaba a ver si encontraba lo que con tanta predisposición estaría buscando. Otros lo consideraban un pobre loco, pero eso sí, un loco de lo mas educado. Nunca un si ni un no. Ni un hola ni un chau. En realidad, nunca ni una sola palabra, ni un solo sonido. Ni una sola mirada. Nada.
Así fue pasando el tiempo. Cada vez se lo veía pasar menos por el pueblo. Hasta que lo dejaron de ver. Nadie se percató de la ausencia.Unos años después, casi nadie se acordaba de Walter.


MenteFrita

El periscopio hacia la realidad virtual, real.



Te guste o no, MenteFrita es la solución.

lunes, 6 de julio de 2009

El Parque... Capítulo 5

V

Un día típico en la vida de Walter. Se levantaba bien temprano. Se vestía. Desayunaba. Salía a la calle y enfilaba para la ruta. Eran 10 cuadras. Algo nada difícil para un muchacho de 20 años. Pero para Walter nada era sencillo. El hecho de caminar esas cuadras podría insumirle a una persona normal 10 a 15 minutos. Walter tardaba casi tres horas. Algunos dicen que por su ceguera. Otros insisten en que la falta de estómago podría influir. Completamente descartados el tema de la sordera y de la mudez. Para mi nada de esto es tan relevante como la falta de sus miembros inferiores. Esto si que es importante, sobretodo si nos referimos al tiempo que tarda en trasladarse esa cantidad de cuadras. Imagínense lo que es caminar arrastrándose sobre los muñones de los muslos. Terrible. Walter, durante su prolongada internación, había recibido cientos de transfusiones de sangre. Alguien allegado al hospital mandó una carta anónima a la alcaldía, denunciando que una de esas transfusiones había sido realizada con detergente y que esa era la causa de la embolia responsable de la pérdida de las piernas. Tiempo después se supo que para el 25 de mayo, del año siguiente a la tragedia, se realizó en el hospital una cena show y habría corrido mas vino del necesario para mantener la cordura y, en un acto de pseudo demencia, un enfermero habría intercambiado la bolsa de la transfusión por una de detergente. Al día siguiente entraba a quirófano para la doble amputación.
Pero gracias a su fortaleza interior, Walter se repuso y siguió adelante.


CS MenteFrita (Clú Sportivo MF)



El bypass que necesitás para sortear una vida ateromatosa.


(Favaloro no te retuerces, es un solo un desliz literario)







(Por las dudas antes de tocar timbre para que te abran las puertas de la sabiduria, confirmá que sea ese el timbre...)

domingo, 5 de julio de 2009

El Parque... Capitulo Cuatrocchi

IV

El día que le dieron el alta, Walter, muy maltrecho pero con gran decisión, se ubicó frente a la puerta principal del hospital. Todos los enfermeros y médicos que lo habían atendido durante este año, estaban parados detrás de él. Levantó la frente, inspiró profundamente y se dirigió hacia fuera. Al llegar a la vereda, estalló el júbilo en el hall central del hospital. Aplausos, gritos, mensajes de aliento. Felicidad. Cosas del destino. En el mismo momento, a pocas cuadras del hospital, se produjo un acontecimiento de similitud semántica pero con desgraciado final. Jacinto era un jubilado de 83 años. Intentando prender el calefón, este le jugó una mala pasada; una última pasada y arrasó con Jacinto, su casa y toda la manzana donde este vivía. Estalló el jubilado. Parecido pero diferente. Volvamos a Walter.
Inspiró profundamente. Dobló a su derecha y muy lentamente comenzó a dirigirse hacia su casa. Rápidamente un enfermero salió del hospital y tomándolo por los hombros, lo hizo girar 180° y le dijo: “es para allá”. Ahora Walter pasaba nuevamente por la puerta del hospital, pero esta vez no aparecieron los aplausos ni los gritos, puesto que todo el personal del hospital se disponía a recibir a Jacinto, el jubilado estallado y a todas las víctimas de la terrible explosión.

MenteFrita

En tu dieta diaria no pueden faltar semillas de sésamo, un traguito de caña con ruda, un coso con L.Casei Defensis, otro coso violeta para ir al baño, dos litros de agua mineral, una siestita para asimilar todo esto y obviamente tu dosis diaria de MenteFrita... Ahora si!!! Ya estas listo para enfrentar todos los desafíos que se te presenten en la vida...

Mañana ni se te ocurra olvidarte de leer la continuación de esta apasionante obra de arte... mmm... ok... mañana los espero !!!

sábado, 4 de julio de 2009

Le parqué... (que no es el piso) - Capitulo tricota

III

Según consta en los archivos de la alcaldía del pueblo el parque había sido construido por un ingeniero ruso en 1873. Era un Parque de Diversiones. Con juegos de todo tipo. Los fines de semana se llenaba de familias del pueblo y de pueblos vecinos. La felicidad reinaba en el Parque. Esto fue así los primeros dos años. En 1875, mas precisamente el 23 de agosto, uno de los engranajes de la “vuelta al mundo” se zafó y dos de las cápsulas que transportan a las personas cayeron desde 35 metros aproximadamente. La caída no fue tan traumática como la ferocidad de los cocodrilos del lago en donde cayeron las cápsulas. Fue una tragedia. Cuando la primera cápsula cayó, la pareja que estaba en su interior murió instantáneamente al chocar contra el borde del lago, por lo que no opusieron mucha resistencia a los hambrientos reptiles.
Mientras caía la segunda cápsula, la puerta de seguridad se abrió y, desafiando los principios de Newton y Galileo Galilei, el hijo de la pareja salió despedido hacia arriba. Cuando la cápsula chocó contra el piso y cayó al lago la puerta abierta facilitó el ingreso de los cocodrilos, quienes en escasos segundos devoraron a los desafortunados esposos. La idea de poner cocodrilos en el lago del parque de diversiones creemos que no fue muy acertada. Casi treinta segundos después cayó el hijo, que había sido despedido de la cápsula, con tanta mala suerte que uno de los fierros destrozados de la cápsula se introdujo en su abdomen. El parque fue cerrado ese fin de semana trágico
El trabajo reconstructivo de los médicos fue asombroso. Un año después ese niño era dado de alta. Había sobrevivido...


MenteFrita SS

Así y todo, más sano que leer el diario...


No te pierdas mañana la continuación de: El Parque...

jueves, 2 de julio de 2009

El Parque... Capitulo 2

II

A veces la Señora Blanca, una vecina del pueblo, iba hasta su casa y le llevaba masitas y libros escritos en Braile. Blanca vivía desde siempre en Cerezos. Era una señora mayor y no tenía familia, por lo que cada tanto iba hasta su casa para sacarle un poco de charla. Tarea esta más que complicada. Walter era muy tímido, por lo que más que charla era un monólogo de Blanca. Creo conveniente comentar que además de tímido era totalmente mudo, por lo que sin lugar a dudas lo que prevalecía era el monólogo de Blanca. Pasaba tardes enteras en la casa de Walter comentándole todas las noticias y chusmeríos del pueblo mientras tomaba mate. Tomaba mate ella sola, ya que Walter tenía prohibido tomar este tipo de infusiones porque le producía importantes malestares abdominales que se acentuaban por la falta de estómago. El joven había perdido su estómago en el mismo accidente donde murieron sus padres.
Era posible que Walter ni se diera cuenta de que Blanca venía a visitarlo. Esta presunción está basada en sus antecedentes. Como dijimos se pasaba gran parte del día con sus libros en braile, que le requerían altos grados de concentración. Otro dato que es propicio aclarar es que el muchacho era absolutamente sordo. Por lo que su interacción con el medio era bastante escasa. Era muy probable que ni siquiera notara la presencia de Blanca. Desde la otra orilla se cree que Blanca tampoco estaría al tanto de la situación de Walter, basados en los comentarios de la señora con respecto al muchacho. “- Walter?. Un muchacho amoroso. Voy seguido a su casa y nos quedamos charlando por horas. Un amor. Cariñoso. Un excelente anfitrión.”, decía Blanca a los reporteros, tiempo después.
El que más compañía le hacía a Walter sin dudas era su perro Fragata. Este se llamaba así porque cuando era cachorrito, mientras jugaba con una caja de fósforos, se prendió fuego y se quemó todo el cuerpo. Las importantes quemaduras que le produjo el accidente le dejaron heridas crónicas que le generaban incalculable dolor. Según contaban los vecinos, el pichicho aullaba por semanas hasta que caía inconciente, otras tantas semanas. Walter ni enterado.


MenteFrita SS - SuperStar (o SuperSport o Crevrolet 400, como mas te convenga).

No te pierdas mañana la continuación de esta historia, que mas que historia es una forma de vida. Bastante particular, pero forma de vida al fin.

martes, 30 de junio de 2009

El Parque...

Walter era un muchacho de 20 años que vivía en un pueblo llamado Cerezos al sur del país. Walter trabajaba en un parque que había sido montado en las afueras del pueblo. El parque era misterioso. No era muy concurrido. Esporádicamente alguno que otro desprevenido se acercaba hasta la puerta, pero nadie quería ingresar. La leyenda contaba que aquellos pocos que entraron, nunca habían logrado salir.
A Walter poco le importaba que no fueran visitantes. –Mejor!, pensaba. –Así tengo mas tiempo libre para mí. Ese tiempo libre que tenía lo utilizaba para descansar, ordenar sus cosas de oficina y sobre todo para practicar algo que necesitaba para poder desenvolverse en su vida: Braile. Braile? preguntarán… y si! Walter era completamente ciego de nacimiento.
Walter vivía solo, puesto que sus padres habían muerto, hacía ya muchos años, en un trágico accidente. Pese a estas aparentes limitaciones, se desenvolvía a la perfección.
Todos los días a las 6.30 de la mañana, caminaba 10 cuadras hasta la ruta donde tomaba el colectivo que lo llevaba hasta “el parque”.
No tenía compañeros de trabajo, puesto que ante la baja convocatoria del parque, con él bastaba para atender la cabina de información. Tenía una vida bastante solitaria.

MenteFrita SuperStar

Para todos los seguidores de la "Inglesia MenteFrita Nuestro Creador"

Ya llega una nueva e intrigante e ingeniosa e copada historia...




Su título, El Parque...




Espero que les ayude a reflexionar... todavía no se me ocurre sobre que, pero por las dudas reflexionen...




MenteFrita SuperStar




Defecto colateral - It's coming up! (under construction)


jueves, 11 de junio de 2009

La Ley Gwen - Capitulo 5

Capitulo 5 y último

Ya de vuelta en su ciudad, Gwen dolido por haber fallado a sus principios y sintiéndose tan ingenuo decidió quitarse la vida. La última disposición que transformó en ley para todo su reino (y que después se extendería a todo el lejano Oriente) antes de enterrar el sable en su abdomen, fue que debían destruirse en un acto público todas las tazas de té del reino y que a partir de ese momento se debían fabricar tazas de Té que no tuviesen mango.

Este es el origen de las tazas que actualmente se utilizan en todo oriente. Las Tazas sin mango. Típicas en nuestros días, pero que en algún momento no fueron así. Gracias a la Ley de Tazas Gwen.

Moraleja, cuando estés por firmar algo, no pidas ni café ni té. Con unos mates está bien.

Esta es otra historia no conocida de un artefacto tan utilizado en nuestros días.

MenteFrita

lunes, 8 de junio de 2009

La Ley Gwen - Capítulo 4

Capitulo 4

Pocho explicó con suma contundencia sus puntos de vista y como harían frente al Emperador. Como repercutía negativamente en sus finanzas esta imposición y que debían unirse para no salir perjudicados. Puso sobre la mesa el acuerdo que habían firmado las 33 familias del Imperio y le alcanzó a Gwen una pluma y tinta para que firmara. Gwen seguía en desacuerdo y no quería firmar. Sabía que Pocho no podía matarlo porque de esa forma jamás conseguiría el acuerdo con el Emperador. Gwen sabiendo eso, se dispuso a explicar sus motivos. La cara de Pocho demostraba que se estaba conteniendo de desenfundar su sable y ponerle fin a la vida del Sabio. Gwen se aprovechaba de su situación y mientras hablaba, hacía pausas de muchos minutos y al rato continuaba. Cosas que exasperaban mas y mas a Pocho. Empezaba a hablar y antes de terminar, hacia otra pausa, tomaba un sorbo de Té, cerraba los ojos, otro rato, volvía a hablar. Esta situación ponía muy nervioso a Pocho. Que lo miraba sin decir palabra, pero con claros signos de nerviosismo. Entornaba un solo ojo y miraba fijo a Gwen. De repente en una de las pausas, que ya duraba mas de 15 minutos, Pocho lo miró fijamente y en el preciso momento que Gwen se llevaba la taza de Té a la boca, hizo un movimiento veloz, agarró la taza de manera tal que no dejó tiempo para que Gwen sacara el dedo del mango de metal de la taza. Por lo que quedó enganchado el dedo en la taza. Con mucha vehemencia Pocho sostenía la taza contra la mesa y Gwen quedaba totalmente contorsionado para evitar que le arrancase el dedo. El dolor era terrible. Ninguno de los asistentes atinó a moverse, ya que en el instante que Pocho redujo a Gwen, todos los seguidores de Pocho, desenfundaron y pusieron debajo del cuello de cada uno de los asistentes de Gwen un sable. En este preciso momento, Pocho, con una voz sarcásticamente dulce, y acercándole nuevamente la pluma entintada, le dijo: "Winsungú, faig xu ta, mekimatghu" (-"Firmá o sos boleta vos y los maricones que trajiste como asistentes"). Gwen viéndose en tal inferioridad de condiciones, mirando a sus asistentes al borde del degüello y con su dedo enganchado en el mango de la tasa con un infinito dolor, miró por un instante a Buda, asintió con la cabeza. Y firmó.

Impresionante !!! Lujurioso !!! Escalofriante !!! Barrilete cósmico !!! Si mañana te perdés el capítulo final de esta cruzada literaria, sos un pancho! Con todas las salsas y mostaza, pero sin fritas! ojo!

MenteFrita

viernes, 5 de junio de 2009

La ley Gwen - Capítulo III

Todo estaba dispuesto en el salón principal de la mansión. Con total puntualidad, los invitados ingresaron al salón y una horda de asistentes se les fueron acercando ofreciéndoles manjares, bebidas y dirigiendo a cada uno a su lugar específico en la larga e imponente mesa de agasajos. De fondo se escuchaba una música típica de china, con un grupo de músicos tocando. Todo era buena atención, cordialidad, esmero, lujo, confort.
De repente, la música dejó de sonar y se cerraron todas las puertas del salón, salvo la principal. Se llegó a distinguir la figura de un hombre de mediana estatura, que se acercaba hacia ellos. Era Pocho "el Loco".
Medía alrededor de 1,60 mts, cabello oscuro, rasgos orientales y enfundado en una vestimenta negra. Por su espalda sobresalía el mango de su sable. Apenas atravesó la puerta se detuvo y con rostro adusto, observó a sus invitados. Solo movía sus ojos. Hizo un casi indetectable movimiento con su mano y un asistente le trajo una capa roja y se la colocó en la espalda mientras este se arrodillaba sobre una de sus piernas y se ponía de frente a una estatua de Buda que se erigía sobre uno de los laterales del salón, rodeada de unos frunghi (depósitos de incienso) humeantes. Era la capa de rezo. Dedicó una plegaria a sus invitados y dirigiéndoles unas palabras se dispuso a saludar uno a uno hasta que llegó a Gwen a quien, con una leve sonrisa, invitó a que se sentara a su lado. La cena transcurrió con total cordialidad, manjares al por mayor, shows en vivo de bailarines locales y un coro de niños del monasterio. Todo transcurría con normalidad.
Luego de los postres, como es habitual en china, se dispusieron a tomar el té en el salón de Té Jux-Keda Poing Hu Kizmeluta (Salón de Té de Hu, antepasado de Pocho).
Todos los invitados se sentaron en una gran mesa redonda mientras los sirvientes ponían sobre la mesa una gran tetera de porcelana. Pocho comentaba que esta tetera había sido mandada a fabricar con un material especial en unas montañas de la zona, por uno de sus antepasados (Hu) hacía alrededor de 450 años.
Las tazas eran hermosas. Decoradas con pasajes del libro sagrado de Buda. El mango de la taza era de metal. Tenia la figura de un dragón y que dejaba un lugar, a la altura del vientre del dragón, para pasar el dedo. Los platos también estaban decorados y eran de una porcelana increíblemente hermosa.
Como era de esperar, al promediar el agasajo del Té, Pocho hizo referencia al tan mentado tema del acuerdo por el arroz.


(La intriga es total. Que le dirá Pocho a Gwen?. Como podrá convencerlo?. Como harán frente al emperador?. Contra quien juega Boca este finde?... Preguntas sin respuesta (salvo una-me fijo en el Olé y listo). No se pierdan la continuación de esta apasionante historia...)

miércoles, 3 de junio de 2009

La Ley Gwen - Capítulo 2

Capitulo 2

Pocho, mandó a buscar a Gwen a la montaña, pero lejos de hacerlo de manera agresiva, mandando a su ejercito o a sus asesinos a sueldo, se manejó con total diplomacia. Envió una comitiva formada por 150 soldados, 3 primos, 25 esclavos y 4 asistentes personales. Además envió su propio carruaje que era tirado por 30 caballos y un buey. Desde el lugar de meditación en la montaña, Gwen observó la llegada de la comitiva. El sol reflejaba increíblemente tanto en los escudos de los soldados, como en los carruajes y por sobre todo sobre el carruaje principal hecho de oro, plata y brillantes. Gwen esperaba lo peor.
Para su sorpresa, el trato de los asistentes y los primos de Pocho, era el mejor. Cordiales lo invitaron a subir al carruaje principal y le relataron la invitación que le hacia llegar Pocho a pasar unos días en su mansión de fin de semana. Gwen, desconfiado, subió a carruaje acompañado de 4 asistentes y 3 esclavos. El carruaje era impresionante. Por dentro tenia lugar para muchas personas. Tenia living, cocina, 4 dormitorios, 2 baños, sala de lectura y muchas cosas para que se sintiera de lo mas cómodo. El viaje duró 14 días. Y por fin llegaron.
El ingreso a la aldea de fin de semana había sido decorado en honor a la llegada del invitado. Todo adornado de color blanco. Rosas Blancas por doquier. El blanco era el color de la Familia de Gwen. Todos los integrantes de la familia vestían atuendos color blanco. Eran los únicos autorizados a llevar ese color.
Al llegar, los asistentes, recibieron a los invitados y los hicieron alojarse en una de las alas de la mansión. El ala de huéspedes. Cada uno de los asistentes de Gwen tenia una habitación individual. Hasta habían preparado una habitación para los esclavos. Era una sola para todos y no muy grande, pero era mucho mas acogedor que dormir a la intemperie, como estaban acostumbrados. Luego de acomodarlos en las habitaciones, los asistentes de Pocho les comunicaron a los invitados que durante el resto del día estaban en libertad de acción y que tenían a su disposición los carruajes y un asistente para que los acompañe donde quisieran. Además habían dispuesto personal permanente en la cocina para que asistieran en todo momento los requerimientos de los invitados. Por la noche se habia organizado un banquete en homenaje a los invitados y al que Pocho en persona iba a asistir.

Durante la tarde los huéspedes pasearon por la aldea.


(Intriga total !!, suspenso, drama, matemáticas... todo en una sola historia ! Esto es musica para mis ojos !! - Mañana otro apasionante capitulo de esta apasionante historia, en este apasionante blog! - Cuanta pasión!) Happy birhtday to meeeeeee....

martes, 2 de junio de 2009

Les aseguro que esta espera será recompensada en calidad literaria. mmm ... Aquí les presento: LA LEY GWEN

Capítulo 1

Hace 950 años había una aldea, cerca de lo que hoy es Mongolia, que era dominada por una familia, los Tse-Tse. Estos manejaban las finanzas de la aldea de excelente manera, con una alta eficacia. El punto oscuro era que lo llevaban a cabo utilizando el miedo como arma. Imponían severos castigos a los aldeanos que no cumplían en el trabajo (por lo general, en los campos de arroz) o que no pagaban los impuestos. Eran cotidianas las ejecuciones en el patio de la mansión de la familia, y ante gran parte de los pobladores. Tenían surtidas maneras de ejecutar. A veces les cortaban la cabeza. Otras utilizaban las estrellitas ninja con veneno. Otras tantas, sin veneno, pero con cientos de estrellitas clavadas en el cuerpo, no tardaban mucho en morir desangrados. El jefe de la familia, el despiadado Yawn Tse-Tse du Kizmeluta, era conocido como Pocho "el Loco". Todos los negocios de la familia, pasaban por él. Y si el negociador de turno no aceptaba las condiciones que le imponía Pocho, era asesinado en el acto. Así durante muchos años, fue extendiendo su dominio sobre las aldeas vecinas.
Un día, un emisario del emperador llegó a la mansión de Pocho con un mensaje del mismísimo Ming Hi Yao Jas Let It Be Wes Ting Jaus, Emperador de China, conocido como Gertrudis Ming. Diciendo que por orden real, y por lo tanto del hijo de Buda, iban a reducirle el precio del Tawn (unidad de medida) de arroz. Que por problemas financieros del Imperio, el Tawn de arroz pasaba de 16 chips (moneda de aquel entonces) a solo 2,5 chips. Esto hizo enojar de manera abrumadora a Pocho y se dispuso a reunir a su comité ejecutivo para definir como iban a enfrentar esta situación. De paso, ejecutaron al emisario imperial dejando caer desde una altura de 16 metros un Twan de arroz (aprox. 47 kilos) sobre la cabeza del emisario que estaba parado sobre una tarima de 2,5 metros de altura.
La idea que surgió de esa reunión era la de juntar a varias familias que producían arroz, y con una mayor cantidad de arroz hacer frente a las imposiciones del emperador.
En un lugar secreto se juntaron los jefes de las 34 familias mas importantes y firmaron un acuerdo de cooperación. Salvo uno. Gwen Toy Zar Yta. El jefe de la familia Verxa Nutrie, formada por los mas sabios del imperio. Estos sabios se dedicaban a la meditación zen. Cultivaban su alma zen y algunos trabajaban en un almacén de ramos generales que habia en el centro de la aldea. Gwen Toy Zar Yta, el jefe de los sabios, no asistió a la convención porque estaba de viaje de meditación en las montañas. Según se supo, no estaba de acuerdo con lo que estaba tramando Pocho "el Loco", y antes de enfrentarlo prefirió adelantar su viaje de meditación que estaba organizado, originariamente, para el invierno. De acuerdo a lo estipulado por la Ley Imperial, todo escrito a entregar al emperador, tenia que estar firmado por todas las familias intervinientes. La negativa de Gwen "el Sabio", alteraba completamente los planes de Pocho. Se supo que, al enterarse de la ausencia del representante de la familia Verxa Nutrie, Pocho maldijo a los cuatro vientos y juró venganza.

(Si esto no es un best seller, pega en el palo y recorre toda la línea. Ojo eh!) Mañana la continuación.

MenteFrita

viernes, 29 de mayo de 2009

No puedo esperar hasta mañana !!! Ahi va el último capitulo de... LA MALDICIÓN !

Capítulo VI y último

Se supo que el Emperador volvió a China y conservó como uno de sus tesoros mas preciados esa vasija. De hecho formó una escuela de constructores de vasijas para que diseñaran nuevos modelos de vasijas pero siempre basándose en los conceptos artesanales y decorativos del modelo original. Del modelo de Ernest.
Liu Bang constituyó la mas grande colección de vasijas. El orgullo de su Imperio y de su Dinastía. Varias Dinastías se fueron sucediendo en el dominio del Gigante Asiático y siempre conservaron, en el mas absoluto secreto, las vasijas de Liu Bang, las vasijas de Ernest. Hasta que mil trescientos años después de la dinastía Han, el secreto se develó. Una dinastía que había tomado el poder imperial rompería ese pacto implícito, ese pacto tácito y daría a conocer al mundo “su” colección de vasijas. Esta fue la dinastía Ming. Durante años se consideraron las mas grandes obras construidas por el hombre y le propinaron a esta dinastía fortunas incalculables, incluso mas grandes que las recibidas por el comercio del opio.
Gracias a este relato quedó develado el verdadero origen de las preciadas vasijas. La dinastía Ming hurtó el prestigio. Prestigio todo de Ernest, el artesano de Belén.

Pero aquí no terminan los acontecimientos relacionados con el artesano maldito de Belén. Casi dos milenios luego de aquel fatídico acontecimiento, las repercusiones siguieron vigentes. El caso mas resonante fue el de José Ortiga. Un español de 24 años, que vivió en Madrid hacia el año 1880. Se casó con una bella dama, Dolores Gasset, de 23 años. Dolores era profesora de historia e investigando un día sobre la cultura china, descubrió el gran engaño de la dinastía Ming. Su sorpresa fue grande cuando descubrió el asunto de la maldición, y sobretodo cuando lo asoció con el nombre de su marido. Por lo que supuso que su marido estaba maldito.
Dolores, ya tenia ciertos rasgos paranoico/esquizofrénicos. Estos se acrecentaron al descubrir que la maldición podía afectar de sobremanera su vida. Un día, tuvo un brote esquizofrénico y cuando el marido llegó a la casa y se disponía a cenar, lo apuñaló por la espalda treinta y nueve veces. De esta forma acabó con el último vestigio de la maldición. Al menos esto era lo que ella creía... En su vientre llevaba doce semanas de gestación un hijo de José Ortiga. “Ese maldito apellido”, pensó. A los seis meses dio a luz a un niño de tres kilos doscientos gramos a quien llamó José, en memoria de su padre y a quien cambió el apellido, para que la maldición no se posara sobre él, además de agregarle el de ella para despistar aún mas a la maldita maldición. Años después, este bebé devenido en hombre, sería reconocido a nivel mundial gracias a sus ensayos filosóficos. Este fue el origen de José Ortega y Gasset.
He aquí una relación que ha estado oculta bajo la sombra del engaño y la miseria humana, José Ortega y Gasset es el legítimo heredero de la dinastía Ming. Devuélvanle lo que le pertenece. La fortuna de la Dinastía Ming le pertenece a los descendientes del filósofo español.

Interesante, no?

La maldición - Cap V

Capitulo V

Después de varias idas y venidas, intérprete de por medio, con ofertas y contra ofertas, al Emperador se le notaba la disconformidad en el rostro. Era inconcebible que el mismísimo hijo de Buda se encontrara en esa situación, discutiendo el precio de una vasija. Hasta que se cansó. Sacó una daga que tenía debajo de las holgadas mangas de su manto real y mató al intérprete. Se puso cara a cara con Ernest y dijo: “Has deshonrado al Emperador de China. La dinastía Han siempre te odiará y nunca serás bienvenido en nuestro Imperio”. Ernest quiso decir unas palabras, pero el Emperador prosiguió: “Esta vasija me la voy a llevar, te voy a pagar lo que pides, pero nunca lo podrás disfrutar”. El gesto de indignación de Ernest se mezcló con el de temor ante las duras palabras del Emperador. Este prosiguió: “Como te llamas?”. Ernest con un nudo en la garganta y con la espada sobre el cuello que seguía en su lugar dijo: “Ortiga, Ernest Ortiga”. El Emperador, escuchó la frase de Ernest y dijo: “Por el poder que confiere el Imperio Chino y Buda como su propio hijo, maldigo por toda la eternidad el apellido de tu familia: Ortiga”. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Ernest que seguía sin poder moverse.

En ese preciso instante, se acercó Clara, que venía del colegio. Muy sorprendida por todo el despliegue imponente, ingresó al taller con tanta mala suerte que tropezó con la alfombra amarilla dispuesta en el suelo y justo fue a caer encima del Emperador. Instantáneamente, uno de los custodios personales se abalanzó sobre Clara y la apuñaló reiteradas veces y esta murió en el acto. El grito desgarrador de Ernest retumbaba en todo el taller. El Emperador se puso de pie, hizo un gesto y un asistente puso un cofre de oro sobre la mesa de trabajo de Ernest. Este inundado en lágrimas miró a los ojos al Emperador. Liu Bang dio media vuelta y antes de subir al carruaje miró nuevamente a Ernest y dijo: “la maldición ya ha comenzado y será por la misma eternidad”. Entre sollozos, Ernest dijo: “pero porque ella? Era buena, además no nos habíamos casado legalmente por lo que ella no era Ortiga...”. Un gesto de duda llenó el rostro del emperador quien inmediatamente le puso fin a la vida del custodio, que había matado a Clara, usando la misma daga con la que le había puesto fin al intérprete.

Antes de que se pusiera en marcha la retirada, se hizo presente en el lugar la bella Isabella. Cuando intentó ingresar al taller, dos soldados le impidieron el paso. Ella dijo: “Ups! Que es lo que ocurre? Porque no puedo pasar?, Que ocurre?”. Los soldados impedían su paso. Ella dijo nuevamente: “Que musculoso que es el que se atreve a impedirme el paso, además, que lindos ojitos rasgados que tiene”. A lo que el soldado dijo: “Como es tu nombre jovencita? Eres muy bella”. Isabella sonrió y miró a los ojos al soldado... y se dieron un beso. El soldado dijo: “Ven a vivir a China, está bueno. Allí podremos vivir tranquilos en una Casa Imperial, que son los palacios que nos dan a los soldados cuando tenemos el rango de Custodio Imperial. Que dices?”. Isabella que estaba no muy feliz con la vida de bordadora pensó en su familia. En ese momento, entre los hombros de los soldados vio a su padre sujetado y el cuerpo de su madre en el suelo. Hizo fuerza y se filtró entre los soldados y fue hasta donde su padre. Entre lágrimas le contó lo sucedido y que corrían riesgo por la maldición que le habían impuesto. El padre con una visión protectora le dijo que aceptara el ofrecimiento que le había hecho el soldado y que se fuese a vivir a la China donde estaría mas segura. Isabella miró al soldado, miró nuevamente al padre y le dio un fuerte abrazo. Isabella fue hasta el soldado y le dio un beso. El soldado pidió permiso al General y agarró un caballo, se subió y ayudó a subir a Isabella y se fueron al galope a vivir a China.

A Ernest le quedaba el consuelo de que continuar la vida al lado de Císfode, que por suerte no se encontraba en el lugar. Además le daba cierta tranquilidad que, con mucho dolor para él, Isabella se hubiera salvado de la maldición.

El Emperador subió con la vasija al carruaje y se dispusieron a poner en marcha toda la comitiva. Aún les quedaba un muy largo viaje de regreso a China. Empezaron a marcharse. A los pocos minutos no quedaba mas que solo rastros de la inesperada visita, mas allá de los cadáveres de Clara, el del custodio y el del intérprete. Ernest arrodillado en el piso y con los ojos llenos de lágrimas sabía que su vida había cambiado para siempre... Se dispuso a acomodar el taller, sacar los cuerpos y limpiar todo para que cuando volviese Císfode no se encontrara con semejante escenario. A Clara le dio sagrada sepultura en el patio de la casa. El custodio y el intérprete fueron metidos en el horno, que estaba a alta temperatura, y en cuestión de minutos ya no quedaban rastros de ellos. Se acomodó en una silla de paja esperando la llegada de su hijo y contarle todo lo sucedido. Esperó en la misma posición atormentado por sus pensamientos, inmóvil, con la mirada fija en un punto invisible. Esperó toda la tarde, hasta que se hizo de noche... Císfode no llegó. Según se enteró al otro día, el despistado Císfode, que había ido a entregar las vasijas, habría venido cantando una canción alegre en voz alta, en su viaje de regreso al taller, con tanta mala suerte que justo cuando cruzaba una calle de la ciudad se encontró con la comitiva de chinos quienes sin siquiera notar su presencia en el medio de la calle, lo atropellaron mas de mil caballos y Císfode murió en el acto.

De esta forma Ernest vivió el resto de su vida sumido en una infinita tristeza. No volvió a fabricar vasijas. Se dedicó a vivir del dinero obtenido por la vasija “imperial”.
Sabiendo el final de la historia, todos en el pueblo hicieron a un lado a Ernest, no aceptándolo más en ningún lado por temor a que la maldición se apoderara de Belén.
Ernest vivió el resto de su vida, hasta el mismo día de su muerte, treinta y dos años después de este acontecimiento, en la mas absoluta soledad acompañado solamente por... la maldición.

(Cuanta intriga, cuanto suspenso!! Aqui no termina la historia... Mañana disfrutá del último capítulo donde dará un giro inesperado... Nos vemos !!!)

MenteFrita

jueves, 28 de mayo de 2009

La Maldición - Cap IV

Capítulo IV

El Emperador se dirigió hacia el interior del taller acompañado por el General Qian. Detrás de él, como su misma sombra, lo seguían tres sirvientes a cada paso que daba. Hizo un breve recorrido visual por las estanterías y se detuvo en la vasija mas grande e imponente que tenía Ernest. Esta vasija media casi lo mismo que el Emperador. Era de una porcelana de excelentísima calidad y tenia detalles pintados a mano que le daban una frescura y al mismo tiempo un rasgo místico que sedujo al exquisito gusto del mandamás chino.

Liu Bang tenía 35 años y hacía dos que se había coronado Emperador de China. Su imperio estaba en pleno auge económico ya que se extendía día a día. Contaba con una fuerza militar abrumadora. No había ejército que podía hacerle frente ante el gran poderío, basado fundamentalmente en la cantidad de soldados. Su ejército tenía millones de soldados. Los ejércitos oponentes, perdían las batallas, incluso antes de que terminaran de llegar todos los soldados chinos. Así que esto era un factor fundamental en la extensión casi constante del Imperio. El poder de Liu Bang era impresionante.

Mientras miraba la vasija, levantó una mano y uno de sus asistentes se acercó. Era su intérprete. El Emperador, por su condición de tal, no se dirigía directamente a nadie. Lo hacía por medio de sus intérpretes. Luego de escuchar al Emperador, agachó la cabeza y se dirigió a Ernest, que seguía inmovilizado por los soldados. Le comunicó que el Emperador había elegido la vasija grande y que se la llevarían. Ernest internamente pensó que había salvado el futuro de su familia, ya que por lo que valía la vasija, no pasarían mas penurias y que su familia podría darse muchos gustos. Ernest le dijo al intérprete que con mucho gusto y le informó el valor de la misma. El intérprete se acercó al Emperador y casi al oído le susurró el monto. El Emperador, giró su cabeza y por encima del hombro miró por primera vez a Ernest con gesto de disconformidad. El intérprete se acercó nuevamente a Ernest y le dijo: “El excelentísimo Emperador de China, Liu Bang, dice que no es de su agrado la forma con la que usted maneja este asunto. Que tendría que mostrarse un poco mas servicial ante tan imponente presencia y que además vino de tan lejos, luego de treinta días de viaje”. Ernest sabía que no podía ceder, porque sino perdería esta gran oportunidad. Ernest dijo: “Me halaga que el Emperador haya venido de tan lejos para ver mis artesanías. Pero viste como esto, si le gusta tanto, que la pague”. Obviamente este comentario no fue muy feliz y causó un gran desagrado en toda la comitiva Imperial, incluso al mismo Emperador que no estaba muy acostumbrado a que le opongan cierta resistencia a sus peticiones. De hecho en sus tierras si el emperador iba a alguna aldea y se paraba en alguna tienda a buscar algún objeto, ese negocio quedaba como bendecido y queda mas que claro que nunca le cobraban nada. Era un honor que el Emperador los visitara. Pero Ernest no era chino, ni quería serlo. Solo quería el dinero para vivir cómodamente con su familia.

(Como seguirá? Cuanta intriga !!! Además, está por venir lo mejor !!! Aguanten hasta el próximo capítulo...bancá, lo escribo y vuelvo... jejeje)

miércoles, 27 de mayo de 2009

La Maldición - Cap III

Capítulo III

Unos meses después de ese acontecimiento, Ernest fue hasta el taller, como todos los días y se dispuso a terminar unas vasijas que le habían encargado. Císfode había tenido que ir a entregar unas vasijas al otro lado de la ciudad, por lo que estaría fuera del taller gran parte del día.

Mientras daba la última mano de pintura, sintió una extraña sensación. Una extraña vibración le recorría todo el cuerpo. Quitó el pincel de la vasija y se quedó inmóvil tratando de determinar que era aquello que sentía. La vibración se hizo mas fuerte. De hecho las vasijas que estaban en los estantes comenzaron a vibrar. Parecía como que el movimiento provenía de la tierra. Un par de vasijas cayeron desde los estantes. Esto sobresaltó aún mas a Ernest que miraba todo como sin entender. Realmente sin entender. Pensó en un terremoto, lo cual era increíblemente raro por esas tierras. Se dirigió hasta la puerta del taller y se detuvo. Levantando polvo y al galope se acercaban cientos de caballos. Por un momento vino a su memoria el suceso en el que había perecido toda su familia. Pero esto era distinto. A los pocos segundos, en un estado de estupor, pudo distinguir que sobre los caballos venían jinetes. Eran cientos y cientos. Le llamó la atención que todos eran negros. Cuando pasaron por la puerta del taller, se echó un poco para atrás y entre el ruido, el polvo que levantaban, escuchaba los gritos de los jinetes. Pasaron cerca de mil caballos, todos negros, cuando entre el tumulto pudo distinguir un carruaje dorado tirado por veinte caballos blancos inmaculados. El carruaje parecía de oro, al igual que todos los herrajes que tenían los caballos blancos. Para su sorpresa, a medida que se acercaba el carruaje, los caballos negros que seguían pasando, fueron disminuyendo su velocidad de manera tal que el carruaje se detuvo justo frente al taller. Sorprendido, Ernest echó un vistazo hacia atrás del carruaje y este era seguido por una cantidad igual de caballos negros. Miró hacia delante y lo mismo. No tenía idea quien era el que venía en el carruaje, pero de que era una persona sumamente importante, no tenía dudas. Entre sus pensamientos, aparecía el temor ante un evento tan espectacular y la posibilidad de realizar una gran venta. La venta de su vida.

Una vez que el carruaje se detuvo, una multitud de personas descendió del mismo. Unos quince soldados armados, vestidos de negro, bajaron y aseguraron el lugar. Otras personas bajaron y barrieron la entrada del taller y desplegaron una alfombra amarilla inmaculada en el piso, en la puerta del carruaje. Ernest no salía de su asombro. Estaba inmóvil. Mirando a su alrededor sin entender que pasaba. De repente, cuatro soldados lo agarraron. Uno de cada brazo, otro desde atrás agarró su cuello y el cuarto, desenvainó su espada y la colocó sobre el cuello de Ernest. Obviamente este no intentó realizar el mas mínimo movimiento. Bajó otra persona del carruaje y comenzó a esparcir pétalos de rosa sobre la alfombra y cuando hubo terminado se inclinó con la cabeza gacha. Bajó otro individuo que en su mano tenía una sombrilla amarilla y de repente bajó un soldado vestido de negro que miró directamente a Ernest y sin moverse de la puerta del carruaje, extendió su mano hacia el carruaje a fin de ayudar a descender del mismo a otra persona. Esta persona apareció y todos los presentes se inclinaron. Este último soldado ayudó a descender al mismísimo emperador de China Liu Bang. Fundador de la dinastía Han. Tomándolo del brazo, se acercaron a Ernest y sin decir palabra, se metieron en el taller. Ernest pudo reconocer al acompañante del Emperador. Era el mismo que lo había visitado hacía unos meses. Era el General Zhang Qian. Mano derecha del Emperador.


(La pucha!, se está poniendo buena la historia. Metete mañana y enterate como sigue...)

martes, 26 de mayo de 2009

La Maldición - Capítulo II

Capítulo II

Un día, mientras Císfode sacaba un set de vasijas del horno y Ernest ultimaba los detalles de decoración de una hermosa e imponente vasija, se acercó al taller una persona muy misteriosa... Inmediatamente Ernest lo miró y se dirigió hacia la puerta, pensando que era un posible comprador, pero con cierta precaución, dado el aspecto del visitante. Pero no. No era un comprador. Esta persona miró fijamente a Ernest y metió su mano por debajo de la túnica que llevaba puesta. Ernest esperó lo peor. Císfode, temeroso de lo que podía suceder, dejó caer la pala con el set de vasijas y contuvo el aliento. Cuando Ernest estaba por gritar, este ser misterioso develó su secreto. Sacó su mano y en ella tenía... una caja con dulces. ¿Una caja con dulces? – se preguntó Ernest. “Me llamo Abbad, y trabajo en el hogar de niños abandonados de la ciudad, estamos vendiendo estos dulces, realizados por los chicos, para juntar fondos para el hogar”... Ernest exhaló la respiración que había contenido y le dijo: -“que susto me pegaste viejo!!!, pensé lo peor. Tomá esto...”. Ernest le dio un par de monedas al señor y rechazó el dulce alegando que estaba a dieta. El hombre se marchó agradeciendo el gesto de Ernest. Luego de comentarios de rutina, volvieron a sus tareas.

De repente, una persona, mucho mas misteriosa que el anterior hizo su ingreso en el taller. Llevaba una túnica negra. Tenía cubierta la cabeza y la mayor parte de la cara. Solo dejaba ver sus ojos. Estos tenían aspecto rasgado, como los que recordaba de sus viajes a China. Sin decir palabra alguna, este hombre dirigió su mirada tanto a Ernest como a Císfode y luego contempló todo el muestrario de vasijas que tenían en el taller. Se acercó a una, especialmente grande y bien decorada. La observó. Le pasó la mano comprobando la calidad. Miró nuevamente a Ernest. Elevó su cara, pero sin sacar los ojos de Ernest. Este, con la voz atragantada, dijo: “Bienvenido a mi taller, desea que le muestre algo en particular?”. El hombre sin decir palabra dirigió su mirada a la gran vasija y volvió a mirar a Ernest. A lo que respondió: “Le gusta esa señor?, se nota que tiene buen gusto, es una de las mas hermosas que he fabricado. Pero por su costo no la he podido vender. Desea que se la muestre mejor o quizás alguna otra mas económica?”. El hombre asintió con la cabeza, pero no aceptando la sugerencia de Ernest, sino como entendiendo lo que había sucedido. Miró una vez mas a Císfode, que para este momento, ya había dejado de recoger las vasijas rotas que había dejado caer con la anterior visita y miraba el comportamiento del nuevo visitante. Dio media vuelta, y sin decir palabra se fue. Detrás de sus pasos, Ernest fue hasta la puerta para observar hacia donde se dirigía este misterioso visitante, pero al llegar a la puerta no lo vio mas, había desaparecido.

Esa noche, mientras cenaban, Ernest contó la historia que habían vivido ese día y un poco preocupado y un poco mas tranquilo le fue dando un tinte gracioso. Toda la familia terminó de cenar entre carcajadas y chistes relacionados con el tema. Unos días después ya nadie se acordaba de lo acontecido. Excepto Ernest. Algo en su interior había cambiado...

(Ne te pierdas mañana el capítulo III de esta historia, llamada "La Maldición" y que cuenta la historia de... mmm... mejor no te digo nada y visitame mañana para enterarte.)

MenteFrita

lunes, 25 de mayo de 2009

La Maldición - Cap I

Esta historia transcurre en año cero de la era cristiana. A la medianoche del día 1 nacía en Belén alguien que haría virar el curso de la humanidad... Un poco mas lejos, en el Imperio Maya, en lo que hoy es Panamá, vivía Jaime. Alguien que seguramente en un futuro nos deleitará con sus historias. Por ahora no...

Capítulo I

Ese día en las cercanías de donde había nacido el hijo de María, vivía Ernest Ortiga, un artesano que se ganaba la vida vendiendo las vasijas que fabricaba en su taller. Estas servían para transportar agua y las utilizaban fundamentalmente para las largas travesías a las que se sometían, sobretodo, los comerciantes que venían de remotos lugares para intercambiar mercancías. Estas vasijas tenían la particularidad de conservar el agua potable por varios días, hecho que era fundamental para realizar los largos viajes. Ernest tenía una esposa, Clara, y dos hijos, Císfode y la bella Isabella.

Ernest había nacido en Belén cuarenta años atrás. Hijo de comerciantes, su niñez y juventud habían transcurrido al lomo de un camello viajando por todo el mundo. Desde lo que hoy es España hasta la mítica China y desde Rusia hasta el Sur de África. Innumerable cantidad de experiencias tenía de estos viajes. Pero al llegar a un punto de su vida, las ganas de viajar fueron perdiendo fuerza y las de asentarse en un lugar y tener su propia familia, ganándola. Quizás esta decisión se vio precipitada cuando un día viajando con su familia por el centro de África, una estampida de elefantes acabó con su padre, su madre y un hermano. Alfio, su otro hermano se había salvado de los elefantes, pero no de los leones que los perseguían. Todos murieron en el acto, salvo Ernest que escondido en unos arbustos veía como su familia desaparecía.

Asentado ya en la ciudad que lo vio nacer, Ernest se dedicó con completamente a la construcción de las vasijas. Gracias a esto, podía vivir cómodamente, sin lujos, pero si grandes pesares. Clara era maestra de historia, algo que no era muy difícil, ya que en ese entonces, no habían pasado muchos de los acontecimientos que hoy se estudian en historia. Císfode ayudaba a su padre en el taller y aprendía el oficio con el que algún día mantendría a su propia familia. La mas chica de la familia era Isabella. Una hermosa jovencita que repartía su día entre el estudio en la escuela de la ciudad por la mañana y el bordado de tapices y alfombras que vendía en el taller del padre. En esa época era común que las personas que iban a comprar vasijas, por unos dineros mas se llevaran el combo vasija / tapiz. Interesante.

(No te pierdas mañana la continuación de esta fascinante historia... bue, es lo que hay.)

sábado, 23 de mayo de 2009

Pacífica - Cap IV FINAL !

Capítulo IV

Durante un congreso científico en París, en el año 1951, ocurrió un hecho que cambiaría el futuro de la economía capitalista mundial. El Dr. Patrick Shulheimmer exponía una teoría de cómo se había formado la Pacífica. Con una claridad deslumbrante, expuso ante un auditorio de notables, la forma en que, según sus estudios, había llegado hasta ese remoto lugar en el pacífico y se había constituido la burbuja. El concepto de la burbuja era el mas difícil, en esos tiempos, de entender. Por lo que el Dr. Shulheimmer, haciendo uso de su abstracción tomó un alambre, lo unió por los extremos formando un círculo y lo hundió en un balde con agua y una solución desengrasante. Pasó el alambre por el balde y ante los atónitos ojos de los notables dibujó en el aire el misterio de la formación de Pacifica: hizo una burbuja, la cual sopló y viajó por encima de las cabezas de los ahí presentes.
Jean-Pierre Gatés, empleado de mantenimiento del centro de convenciones parisino “Marie Curie” tuvo la suerte de presenciar el momento cumbre cuando vió desde una ventana como el profesor Shulheimmer separaba la burbuja del alambre.
Una semana mas tarde, mientras Jean-Pierre merendaba en su casa en los suburbios de la capital francesa, tocaron a su puerta. Era su sobrino Billebrond que se venía a despedir ya que al otro día se iba para Norteamérica a probar suerte. Había juntado unos pocos francos y había decidido marcharse. Antes de irse, su tío le contó lo que había visto en el centro Marie Curie la semana anterior.
Al llegar a América, Billebrond Gatés, patentó el secreto que le había contado su tío y construyó la primera fábrica de dispositivos para hacer burbujas. Un invento que lo haría millonario puesto que todos los chicos del mundo querrían un “Bubble maker”. Al alcanzar su primer millón de dólares, se acortaría el nombre por el de Bill Gates y fundaría una microempresa que después le daría muchas satisfacciones. Esa empresa sería Microsoft.

Así termina la historia de cómo un evento fortuito, como es la caída de un meteorito con bacterias, haría que un francés nacionalizado americano se convirtiera en el hombre mas rico del mundo. Curioso, no?

FIN

jueves, 21 de mayo de 2009

Pacífica - Cap III de IV (se acerca el final...)

Capítulo III

“- Capitán, urgente, lo necesitamos en la cabina!, el Almirante Rodríguez tiene que informarle algo.” “- Enseguida subo”. El Capitán presuroso fue hasta la cabina, donde el Almirante Rodríguez, apoyado sobre el periscopio de visión lateral, confirmaba su presunción con el informe del marinero Smith, encargado del manejo del radar.

El Capitán Raimundo Judas Florentín de Copete tenía a su mando, desde hacia 14 años, al Submarino “Príncipe de Gales” de la Armada de Hungría. Él sabía que ante sus ojos tenía algo que nunca nadie antes había visto. Dieron varias vueltas alrededor de la burbuja tratando de describir todos los datos que consideraban de importancia. Sabía que no iban a realizar ninguna maniobra hasta no tener autorización del Parlamento de Hungría. Del telégrafo Morse del “Príncipe de Gales” salió el siguiente mensaje en clave: “MEDC 12 gasde, gtfff xxx3 ##$%$ gggdfwdasdk, pqeo dgfisasd Grv Ad””0 dia/& adjfad djfjw kdadgadsd dgug a5456 ag5f5ñ5 sfgkjaffff”. Obviamente al estar en clave, no era fácil de descifrar. Tiempo después se supo que unos niños de Brasil, interceptaron el mensaje mientras jugaban al carnaval y lo descifraron mediante un código que aparecía semanalmente en una revista de comics japonés. El mensaje decía: “Señor Jefe del Ejército Húngaro y señores del Parlamento todo, tengo el agrado de dirigirme a Uds. como Capitán del SS Príncipe de Gales, a fin de informarles que hemos descubierto la Atlántida. Ah!, saludos para mi señora Carmen y para mis hijos Carlos y Graieb y para la Chicholina italiana. También sumen mi NO a las Papeleras Uruguayas”, aunque esto último no pudo ser confirmado del todo, lo importante era el hecho de que creían haber descubierto la Atlántida, pero en realidad habían descubierto a Pacífica.

Durante los siguientes meses varias expediciones visitaron Pacífica. Grandes grupos de científicos de todo el mundo se interesaron por el gran descubrimiento. Sacaban mediciones, tomaban muestras, publicaban artículos. Pero Pacífica era impenetrable. Se había convertido en un gran centro de atracción, generando todo un movimiento mundial tanto a favor como en contra de Pacífica. Movilizaciones multitudinarias. Teorías al por mayor. Referidas al origen de la ciudad. Algunos decían que posiblemente serian extraterrestres que venían a dominar la Tierra. Otros que era una estrategia de guerra de los aliados contra Japón, por esos días en guerra. En fin se tejieron alrededor de Pacífica millones de redes. Pero Pacífica era impenetrable.

En la notbuc de Flavio se agregó un papiro que decía: “Submarinus Eccus”.



No te pierdas mañana el último capítulo de esta atrapante historia !!!

martes, 19 de mayo de 2009

Pacífica - Cap II de IV

Capítulo II

Un padre con su hijo caminaban placidamente por las playas de la ciudad Pacífica. Siempre miraban hacia el cielo (burbuja de agua) y miraban los peces, que para ellos serían como pájaros para nosotros. Nadando libremente, como “volando” alrededor de la burbuja. Les ponían nombres a las diferentes especies de peces que veían. Había estudiosos del tema y le asignaban los nombres de acuerdo a lo que veían. Se regían por lo que veían ya que nunca habían tenido contacto con los peces, puesto que no era posible atravesar la burbuja, ya que sería muy difícil por lo dura que era y además porque sería el fin de Pacífica, ya que el mar ejercería toda su fuerza, ingresando a la burbuja y destruyendo todo lo que se había formado durante tantos millones de años. El padre enseñaba a su hijo el arte de distinguir a los peces por sus tamaños y formas de las cabezas, cuerpos, colas y aletas. Esta actividad le encantaba a Flavio que además de pasar largas tardes con su padre, aprendía cada día mas y mas.
Cuando Aníbal, el padre de Flavio, murió, este siguió estudiando con obsesión el tema de los peces. Tanto aprendió que se convirtió en un experto y cada vez que aparecía un pez raro, lo llamaban a él para que lo identificara y lo sumara al catálogo de peces de Pacífica. Se había formado un grupo grande de ictólogos (gente que estudia a los peces) y el catálogo fue creciendo día tras día.
Corría el año 1945 del calendario Chuwaqa (prócer de la ciudad Pacífica), correspondiente al año 1944 de nuestro calendario (de la Tierra superficial). Flavio se encontraba descansando en su casa, cuando irrumpió su sueño Aljibe, uno de los aprendices de Flavio. Casi sin aliento intentó explicarle lo que ocurría. Flavio tomo su notbuc y fue hasta la playa Bristol con Aljibe. La notbuc era una caja hecha con algas gruesas y en su interior se encontraban los dibujos hechos en papiros de todos los peces conocidos. Cuando llegaron a la Bristol, como de costumbre, estaba llena de gente. Aljibe señaló hacia la burbuja y se desmayó. Flavio tenia ante sus ojos algo que jamás había visto.

(Visitame mañana para saber como continúa esta historia...)

domingo, 17 de mayo de 2009

Pacífica - Cap I de IV

La historia que paso a contar, se desarrolla en un escenario inédito. A 4500 mts. de profundidad en el océano Pacífico.....


Capítulo I

Hace millones de años, los primeros habitantes de la tierra fueron, según consta en estudios científicos, unos minúsculos seres... las bacterias. Estas bacterias estaban constituidas por una unidad, una célula. Existen distintas teorías acerca de cómo es que llegaron aquí. Entre estas se encuentra la de los meteoritos. Las bacterias habrían viajado desde infinitos lugares del universo como pasajeros en incandescentes meteoritos y al llegar a la tierra, encontrando un medio propicio para desarrollarse, se multiplicaron, vivieron, se alimentaron, murieron y siguieron con el ciclo de la vida. Algunas se asociaron con otras para poder conseguir mas alimento, se fusionaron, y así pasaron de ser unicelulares a bi-celulares y así continuaron con lo que hoy conocemos como evolución...
En una isla formada por un volcán, enclavada en el medio de lo que hoy es el Océano Pacífico, ocurrió un hito que haría virar el destino de la vida...
La isla era pequeña. No mas de 5 kilómetros de circunferencia. La costa tenia una arena blanca como el plumaje de un cisne. En el medio de la isla, se herejía como símbolo de energía y poderío, la chimenea humeante del Volcán Staphilococus. Este volcán se encontraba en plena actividad, típica de esta época y diariamente liberaba toneladas y toneladas de lava humeante, que al hacer contacto con el agua del océano, emitía un constante vapor acompañado con un típico estruendo y emanación de azufre.
Con este contexto tétrico de calor, humo, fuego, vapor, azufre, era difícil de imaginar la existencia de vida. Pero así y todo la vida nuevamente le ganaba a la adversidad. En algún lugar de la isla, debajo de una roca que había volado desde el corazón mismo de la Tierra, estaban... Allí estaban. Un grupo microscópico de bacterias había encontrado la forma de sobrevivir a tan nefasto contexto.
Eran días de profunda transformación en la Tierra. Cambios bruscos de temperatura, variaciones en la velocidad de rotación del planeta. Días y noches de diferente duración. Un caos total. Inundaciones en un lado, sequías interminables en otro. Tornados. Terremotos. Todos eventos esperables en un planeta en desarrollo.
Las placas tectónicas se deslizaban mucho mas rápido que hoy en día. Todo era un cambio casi constante. Con el correr de los años la Tierra fue adquiriendo su aspecto definitivo. Pero algo definitivo estaba por ocurrir...
Un determinado día, hubo un movimiento de la Placa Azores que fue realmente gigantesco. Generó olas de mas de 100 mts y un maremoto que hoy hubiese sido devastador por su incursión en tierras continentales. Miles de kilómetros adentrado en lo que hoy es todo el sudoeste asiático, como así parte de Norteamérica, todo Centroamérica y gran parte del norte de Sudamérica. El epicentro de maremoto fue en el lugar donde colisionaron la Placa Azores con la de Yimauchi a miles de metros de profundidad. Por debajo de la isla del Volcán Staphilococus.
La isla, se había formado por la actividad del volcán. De hecho dependía de este. Su constante actividad era la encargada de ir formando el contorno de la isla por la lava que se solidificaba al entrar en contacto con el agua. El día del maremoto, por el increíble impacto de las placas, el volcán fue destruido desde su base por lo que la isla, desapareció de la superficie del mar. En su viaje hasta el fondo del mar la isla perdió unos cuantos kilómetros de extensión. La lava que seguía sobre su superficie, al entrar en contacto con mucha mas agua, generó multiplicar en varias veces la emanación de vapor por lo que a medida que se iba hundiendo, emanaba mas y mas vapor caliente. Este vapor al alejarse de la superficie de la isla fue perdiendo temperatura hasta casi igualar la temperatura casi de congelamiento que tenían esta agua a esta profundidad. El efecto final fue la formación de una burbuja que rodeaba toda la isla.
Al llegar al fondo del mar, la lava siguió emanando vapor y el límite de la “burbuja” se hacía cada vez mas sólido dispuesto a soportar las terribles presiones que ejercía todo el océano sobre la isla. Dentro de la isla se fue generando una suerte de atmósfera. A medida que pasaban los años esta atmósfera iba evolucionando. Combinaciones de gases, vapor de agua, temperatura. Evolucionó tanto que llegó a ser casi idéntica a la que reina en la superficie.
Así fue como se generaron condiciones óptimas para el desarrollo de quienes habían sobrevivido, primero al contexto totalmente adverso de la isla en la superficie. Luego al viaje hasta el fondo del mar. Habían aguardado pacientes, debajo de una roca, que las condiciones le fuesen favorables... Las bacterias. Ahora, en un ambiente propicio, salieron de su letargo, y prosiguieron con la misión que les fue impartida desde el lugar del universo de donde provenían... continuar con la evolución.
Al igual que sus primas de la superficie, las bacterias de la isla, continuaron con el proceso de evolución. Pasaron del agua del lago (formado por la condensación en la burbuja) a la tierra. Se diferenciaron. Respiraron. Comieron. Se reprodujeron. Evolucionaron. Formando una suerte de mundo paralelo, con similares características al de la superficie. Incluso con la evolución hacia... la raza humana. Se generaron hombres y mujeres. Al igual que en la superficie. Con las virtudes y miserias de los hombres de la superficie... de los hombres. Puesto que eran nada mas y nada menos que eso, hombres.
Durante miles y millones de años se supo de la existencia de la Atlántida, pero nunca la de Pacífica, la ciudad de la isla. La Atlántida había sido el invento de un escritor que había escrito la historia basándose en un sueño que había tenido. Nunca había existido. Pero Pacífica, era algo muy diferente... era verdad.
(Seguí diariamente la publicación de los capítulos restantes)
MenteFrita

sábado, 16 de mayo de 2009

Spiderman

Érase una vez un señor que se llamaba Princeton y que vivía en una aldea (de aldeanos) en un bosque. Vivía con su familia y trabajaba para ayudarlos con los gastos. Era muy bueno en el arte de tallar madera. El tío tenia un taller donde hacían muebles y el trabajaba ahí haciendo el terminado de los detalles de estos artefactos e incluso agregaba verdaderas obras de arte. En su tiempo libre se dedicaba a tallar distintos artículos de muy alta calidad. Estos artículos eran vendidos en la feria semanal del pueblo y esto le otorgaba unos ingresos extras que utilizaba para sus gastos.
Princeton pasaba horas y horas tallando madera. Era una actividad muy solitaria, pero reconfortante. Y la llevaba a cabo con suma alegría.
Un día, mientras tallaba sobre la madera un episodio de una historia inventada por él (Spider Man - El hombre araña) un punzón se zafó de su obra de arte y le atravesó una arteria del brazo. Princeton murió desangrado en el acto. Su sangre cubrió parte de su obra y quedó impregnada en la madera. 450 años mas tarde ese mural inconcluso valdría millones de dólares. Y el autor de la película de hollywood "Spider Man" haría un sentido homenaje al creador de la historia (Princeton) poniendo en una escena de la película el mural ensangrentado. De ahí el color del traje del hombre araña. Rojo, por la sangre de Princeton, y azul por el sobrecrecimiento de hongos de la madera.
Esta es la desconocida historia de un gran hombre que no llegó a disfrutar el reconocimiento mundial. Triste, pero verídico.
Este es un fragmento de mi libro, Biografías No Autorizadas de Grandes Hombres. En este caso es no autorizada porque, obviamente, Princeton, murió en el acto... en 1545 en un bosque en lo que hoy es Bulgaria. Por eso.

jueves, 14 de mayo de 2009

Néstor

La historia que paso a contar trata de una familia que vivía en las afueras de la ciudad de Nueva York, EEUU, a mediados del 1800 (mas precisamente 1850). Durante estos años, era cotidiano el ingreso a los Estados Unidos, de innumerable cantidad de inmigrantes que venían de distintos lugares del mundo buscando, en estas tierras, una posibilidad para un mejor futuro para ellos y para sus hijos. Al ruido típico de la ciudad se le agregaban las sonoras bocinas de inmensos barcos que atravesaban el muelle principal del puerto y se disponían a ajustar amarras y desplegar gran cantidad de escalinatas desde las cuales descenderían miles y miles de esperanzas corporizadas en esos inmigrantes dispuestos a adoptar estas tierras como propias. Estaban en América!!!
En Nueva York vivía una familia, los Fetucchini. Habían llegado de... ... ... obviamente... de Italia, hacía unos 13 años. Estaba compuesta por el padre, Enrico, la madre, Giuliana, la hija mayor, Bernarda y el hijo menor, Néstor (o Nestitor, como lo llamaban). El padre trabajaba en puerto, ayudando a bajar las valijas, bolsos y baúles que traían los inmigrantes que llegaban alojados en la primera clase. No ganaba mucho dinero, pero entre el sueldo y las importantes propinas que recibía, le alcanzaba para comprar comida y vestimenta a su familia. Giuliana trabajaba en las oficinas del puerto donde se realizaban los trámites de admisión y control de los inmigrantes. Bernarda trabajaba como enfermera voluntaria en el hospital central de Nueva York. Tenia 20 años.
Nestitor, el menor de la familia, había nacido durante el viaje de la familia, en el barco. En aguas internacionales, por lo que al llegar fue anotado como ciudadano estadounidense. El único de la familia en esta condición. El haber nacido sobre el barco le confirió ciertos rasgos característicos. Habrá sido el movimiento del barco por las olas, el salitre típico del aire marítimo. No se sabe. Lo que si se sabe, es que esto repercutió en Néstor de manera desfavorable. Nestitor era un completo pelotudo. Tal es así que a sus 13 años, todavía no había trabajado nunca y peor aún, las cosas que hacia, las hacia mal. Por lo que los padres se preocupaban por dejarlo solo mientras estos trabajaban. Era muy difícil que encontraran una actividad para Néstor, ya que siempre los hacia quedar mal. Hasta que un día, un amigo del padre, un tal Francesco dueño de una pizzería de la zona, le ofreció a Enrico que le mandara a Néstor para que colaborara en la pizzería y así ganarse unas pocas monedas. Nestitor se presentó a trabajar al día siguiente y le encomendaron la tarea de llevar pedidos hasta las distintas casas del barrio.
La verdad es que los clientes no se quejaban en absoluto y de hecho le comentaban a Francesco lo bien que habían sido tratados por Néstor. Ya a la primera semana de trabajo, Francesco le había aumentado el sueldo y todos estaban muy contentos en la familia.
Un día, mientras Nestitor llevaba un pedido, un sonoro bocinazo de un crucero que se acercaba al puerto lo sobresaltó de manera abrumadora. Se quedó paralizado mirando en dirección al puerto, hacia el lugar de donde provenía el sonido. Tan paralizado y abstraído de la realidad quedó, que no se dio cuenta que se había quedado parado a mitad de la calle y menos cuenta aún de los gritos que daba el conductor de un carruaje tirado por seis caballos que venia a toda velocidad por la calle. Nestitor fue atropellado y murió en el acto con su cara incrustada en una grande de muzzarela con peperoni. A partir de ese día, quedó instaurado el "Día del repartidor de pizza" a nivel mundial. Hoy en día, casi 200 años después, en el Central Park de Nueva York, a unos veinticinco metros del monumento al infelizmente asesinado John Lennon, se erige una placa conmemorativa al lugar donde tuvo lugar el trágico accidente en el que murió Néstor... Nestitor. Mucha gente no sabe de esto y pasan por su lado, solamente buscando sacarse una foto al lado del monumento de Lennon.
Por este motivo y con la finalidad de sacar a la luz biografías no autorizadas de los próceres de nuestros días, porque quien no reconoce las virtudes de los chicos de los deliverys de hoy en día, es que saco a la luz el primero de una serie de relatos inéditos (hasta para mi).

martes, 12 de mayo de 2009

Todo comienza al fin, nada puede escapar...



Estaba yendo en colectivo cuando este se detuvo en una parada y quedé mirando la vidriera de una fiambreria donde tenian el jamon cocido a $4,20 los 100 grs, cuando me sobresalté al recibir una revelación divina. "Debia compartir con algunas personas, no con todas las del mundo, vivencias cotidianas, surrealistas, realistas, listas, tas y s". Una voz que creia era del mas allá me dijo (un poco imperativamente): "flaco, levantá las gambas que tengo que pasar la escoba".


- Mierda!, dije. Que mensaje me querrán transmitir??, pensé entrecerrando un ojo (el izquierdo para mayor presición).

-A quien le decis "mierda" boludo!? No ves que te quedaste dormido? Estas en Glew y no salen mas colectivos hasta mañana a las cuatro y treinta y cinco. Mierda me vas a decir a mi... y se fue hablando para si.

Ahi estaba yo. En glew a las 23.38, cagado de frio viendo como me volvia a mi casa. Creo que volví en un servicio extraordinario que salió a las 2.32 y que dio mas vueltas que una oreja para llegar. Terminé llegando a mi casa como a las cinco menos veinticinco... "4.35... tenia razon el del bondi"... algo queria decir todo esto. O no. Casualidád. Causalidad. Revelación. Revolución. Escalofrío. Escalocaliente. Amor. Odio. Oído. Pus.

Así que lo de la revelación creo que fue chamuyo. Pero igual dejó encendida en mi la llama, como el piloto de un calefón que junto a la biblia hacen de esta parte del mundo el famoso cambalache.



La propuesta es que compartamos un poco del Cambalache que a veces no vemos por "quedarnos dormidos en el bondi de la vida". Y si te quedaste dormido y de repente te despiertan, que tu primera palabra sea: -"mierda!", creo que está bien. Es un buen estímulo ligüístico.

Espero que lo disfruten como yo al escribirlo.


(Acepto sugerencias, pero pocas. Soy medio terco)