IV
El día que le dieron el alta, Walter, muy maltrecho pero con gran decisión, se ubicó frente a la puerta principal del hospital. Todos los enfermeros y médicos que lo habían atendido durante este año, estaban parados detrás de él. Levantó la frente, inspiró profundamente y se dirigió hacia fuera. Al llegar a la vereda, estalló el júbilo en el hall central del hospital. Aplausos, gritos, mensajes de aliento. Felicidad. Cosas del destino. En el mismo momento, a pocas cuadras del hospital, se produjo un acontecimiento de similitud semántica pero con desgraciado final. Jacinto era un jubilado de 83 años. Intentando prender el calefón, este le jugó una mala pasada; una última pasada y arrasó con Jacinto, su casa y toda la manzana donde este vivía. Estalló el jubilado. Parecido pero diferente. Volvamos a Walter.
Inspiró profundamente. Dobló a su derecha y muy lentamente comenzó a dirigirse hacia su casa. Rápidamente un enfermero salió del hospital y tomándolo por los hombros, lo hizo girar 180° y le dijo: “es para allá”. Ahora Walter pasaba nuevamente por la puerta del hospital, pero esta vez no aparecieron los aplausos ni los gritos, puesto que todo el personal del hospital se disponía a recibir a Jacinto, el jubilado estallado y a todas las víctimas de la terrible explosión.
MenteFrita
En tu dieta diaria no pueden faltar semillas de sésamo, un traguito de caña con ruda, un coso con L.Casei Defensis, otro coso violeta para ir al baño, dos litros de agua mineral, una siestita para asimilar todo esto y obviamente tu dosis diaria de MenteFrita... Ahora si!!! Ya estas listo para enfrentar todos los desafíos que se te presenten en la vida...
Mañana ni se te ocurra olvidarte de leer la continuación de esta apasionante obra de arte... mmm... ok... mañana los espero !!!
domingo, 5 de julio de 2009
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