Y sí!, era el ladrido de un perro. No se podía distinguir bien si era perro o perra. Pero era bastante orientador. Un cocodrilo no era, además estaban muy entretenidos devorando a Claude, el hombre bala.
- Abran la puerta! Es la policía!! Nuevamente golpearon la puerta. El Cabo de Hornos miró al comisario y este con un gesto de aprobación autorizó al Cabo a derribar la puerta. Con una certera patada tiró abajo la puerta y apuntando hacia el interior de la cabina vio salir a un perro. Fragata! Exclamó el Cabo Cañaveral. Pobre perro!, dijeron los allí presentes. Era Fragata nomás. Moviendo a duras penas su angustioso cuerpo llegó hasta donde estaba el Cabo de Hornos.- Uy, pobre pichicho, dijo. Intentó mirar hacia adentro y en ese preciso instante Fragata lo agarró entre sus dientes a la altura de la tibia. Un grito sordo sorprendió a todos. El perro se aferró con mucha vehemencia a la pierna del pobre policía que gritaba a viva voz. Intentaba arrastrarlo hacia adentro de la cabina. De repente los gritos empezaron a disminuir y todos empezaron a ver como la pierna a la altura de la mordida empezaba a cambiar de aspecto. El pantalón del policía se frunció como si perdiera su contenido. Peor aún, se notaba como la pierna se “secaba” tomando un aspecto acartonado. El policía miraba con desesperación al perro, que no soltaba, y a su pierna. Ese aspecto iba subiendo por todo el cuerpo. En ese momento Fragata soltó la pierna y se fue hacia adentro. El policía arrastrándose salió de la cabina. Sus compañeros lo sujetaron y llevaron hasta el auto. Ya el “acartonamiento” le había tomado las dos piernas y subía por su abdomen. Ya no gritaba. Miraba como resignado, con la vista perdida, como preguntando “- ¿por que?”. Minutos después tenía todo el cuerpo tomado. Sus compañeros se desesperaban ante el inminente desenlace. Y llegó. Luego del la última exhalación, el Cabo Cañaveral le bajó los párpados. Esto se estaba transformando en una pesadilla en la vida real.
Terrible !!! ESCALOFRIANTE !!!
MenteFrita,
La solucion de continuidad en la rutina diaria...