Una mañana al salir de su casa, sintió una presencia que lo seguía a unos pasos de distancia y de repente escuchó: “Ey, Roberto, que te pasa que no me saludás?” Una vibrante sensación le inundó el corazón, la emoción lo sobrepasaba, tomó aire profundamente y se dio vuelta con una sonrisa de placer. Miró hacia su interlocutor y este dijo: “Uy perdoná María de los Ángeles, pensé que eras Roberto” La sonrisa palideció con un dejo de desilusión. Sintió el peso de su propio cuerpo aumentado en cien veces. Bajó la cabeza resignado y siguió camino hacia el taller donde trabajaba.
“Maldito nombre”, “porque no habré nacido mujer, así el nombre no desentonaría”. Estaba muy deprimido. Ese pensamiento empezó a rondar por su cabeza. Y para colmo, el trámite en el Registro Civil siempre resultaba denegado.
Lavigne trabajaba en un taller de herrería fabricando por un lado las herraduras de los caballos del ejército del Rey, y por otro las espadas de los caballeros. Era un trabajo muy duro, pero él lo hacía con gran habilidad gracias a su gran fortaleza. Era el único en el taller capaz de trabajar con la Gran Maza. La Gran Maza era un martillo gigante de 63 kg que se usaba para moldear de manera perfecta las espadas y cuchillos. La Gran Maza estaba sobre una mesa de hierro y con un sistema de poleas se levantaba hasta una altura de dos metros y con un simple mecanismo de traba caía sobre las piezas de hierro incandescentes dándole una forma perfecta.
Un día María de los Ángeles, Lavigne, se levantó y se acercó hasta el cerco que delimitaba su casa a recoger la correspondencia. Luz, Gas, Teléfono, Cable, Registro Civil, Internet, etc… epa! Registro civil???. “Que es esto?”, se preguntó… En ese momento se le iluminaron los ojos intuyendo que por fin se había hecho justicia y que Dios había escuchado sus rezos. Entró corriendo a su casa. Llamó a los gritos a su mamá. Apoyó los sobres en la mesa y se dispuso a abrir el del Registro Civil. El sobre azul.
Mañana la continuacíon de esta magnífica historia de enredos...
MenteFrita SRL (MF Sin Rastros de Lucidez)La cuota diaria de SAL baja en SODIO, óptima para una vida hipertensa.
Consumí MF y dale un respiro a tus coronarias.
