viernes, 5 de junio de 2009

La ley Gwen - Capítulo III

Todo estaba dispuesto en el salón principal de la mansión. Con total puntualidad, los invitados ingresaron al salón y una horda de asistentes se les fueron acercando ofreciéndoles manjares, bebidas y dirigiendo a cada uno a su lugar específico en la larga e imponente mesa de agasajos. De fondo se escuchaba una música típica de china, con un grupo de músicos tocando. Todo era buena atención, cordialidad, esmero, lujo, confort.
De repente, la música dejó de sonar y se cerraron todas las puertas del salón, salvo la principal. Se llegó a distinguir la figura de un hombre de mediana estatura, que se acercaba hacia ellos. Era Pocho "el Loco".
Medía alrededor de 1,60 mts, cabello oscuro, rasgos orientales y enfundado en una vestimenta negra. Por su espalda sobresalía el mango de su sable. Apenas atravesó la puerta se detuvo y con rostro adusto, observó a sus invitados. Solo movía sus ojos. Hizo un casi indetectable movimiento con su mano y un asistente le trajo una capa roja y se la colocó en la espalda mientras este se arrodillaba sobre una de sus piernas y se ponía de frente a una estatua de Buda que se erigía sobre uno de los laterales del salón, rodeada de unos frunghi (depósitos de incienso) humeantes. Era la capa de rezo. Dedicó una plegaria a sus invitados y dirigiéndoles unas palabras se dispuso a saludar uno a uno hasta que llegó a Gwen a quien, con una leve sonrisa, invitó a que se sentara a su lado. La cena transcurrió con total cordialidad, manjares al por mayor, shows en vivo de bailarines locales y un coro de niños del monasterio. Todo transcurría con normalidad.
Luego de los postres, como es habitual en china, se dispusieron a tomar el té en el salón de Té Jux-Keda Poing Hu Kizmeluta (Salón de Té de Hu, antepasado de Pocho).
Todos los invitados se sentaron en una gran mesa redonda mientras los sirvientes ponían sobre la mesa una gran tetera de porcelana. Pocho comentaba que esta tetera había sido mandada a fabricar con un material especial en unas montañas de la zona, por uno de sus antepasados (Hu) hacía alrededor de 450 años.
Las tazas eran hermosas. Decoradas con pasajes del libro sagrado de Buda. El mango de la taza era de metal. Tenia la figura de un dragón y que dejaba un lugar, a la altura del vientre del dragón, para pasar el dedo. Los platos también estaban decorados y eran de una porcelana increíblemente hermosa.
Como era de esperar, al promediar el agasajo del Té, Pocho hizo referencia al tan mentado tema del acuerdo por el arroz.


(La intriga es total. Que le dirá Pocho a Gwen?. Como podrá convencerlo?. Como harán frente al emperador?. Contra quien juega Boca este finde?... Preguntas sin respuesta (salvo una-me fijo en el Olé y listo). No se pierdan la continuación de esta apasionante historia...)

1 comentario:

  1. Me encanta lo que haces!!!! la pregunta es::: Te tomas unas birras como en los viejos tiempos para escribir los cuentos? jajaja.
    Dra. Negra

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